Estimada/o amiga/o:
Reciba un saludo muy cordial de la HOAC de Cádiz y Ceuta, que tiene el gusto de hacerle partícipe que con motivo de la Celebración del Día de la HOAC, el próximo:
Al objeto de que puedan darle el tratamiento informativo que consideren más oportuno.
Con este motivo, aprovechamos la ocasión para saludarle atentamente,
Móvil: 653 840 290
CÁDIZ
CÁDIZ
DÍA DE LA HOAC 2016:
«TRABAJO DIGNO PARA UNA SOCIEDAD DECENTE»
PARO, PRECARIEDAD,
IGUAL A POBREZA Y EXCLUSIÓN
IGUAL A POBREZA Y EXCLUSIÓN
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En el año 2015 el 1% de la población concentra
tanta riqueza como el 89% de la población
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Un millón y medio de familia tienen todos sus
miembros en paro.
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el hambre, que ahora se llama insolvencia
alimentaria, afecta en España a unos dos millones de personas Por el contrario
9 de cada 10 euros que recauda hacienda
salen del bolsillo de los trabajadores. Menos de un euro se cobra del
rendimiento del capital
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El paro en Cádiz pasa de los 250.000 trabajadores,
más del 40%.
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La precariedad laboral también está asentada en
Cádiz,(contratos por horas, para fin de semana, de media jornada, pero
trabajando el día completo, sueldos por debajo de los 600 euros mes, 12-14
horas diarias,
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La afirmación que se hace en Cádiz en que aquí no
hay futuro, la hacen los jóvenes pero también sus progenitores que les aconseja
emigrar, no ya a otras provincias, sino al extranjero, la solución ya no la ven
ni tan siquiera en España.
Ante esto la HOAC como movimiento de
la Iglesia para la evangelización del mundo obrero denunciamos la degradación
de la vida y de la dignidad de los trabajadores que está provocando una
economía cuyo fin solamente es la obtención del máximo beneficio para unos
pocos.
Y esto no lo decimos solamente
nosotros, lo dice también el Papa Francisco en varios documentos suyos, haciendo
afirmaciones como: “que esta economía mata” y otros documentos de la iglesia
española como: “Si el funcionamiento y las estructuras económicas de un sistema
productivo ponen en peligro la dignidad humana del trabajador...hay que afirmar
que este orden económico es injusto” (Mater el Magistra, 83. Juan. XXIII)
COMUNICADO DEL DÍA DE LA HOAC «TRABAJO DIGNO PARA UNA SOCIEDAD DECENTE»
La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), en su ser Iglesia en el Mundo Obrero y del Trabajo, y en el empeño por el trabajo digno (en la iniciativa de organizaciones eclesiales), “Iglesia unida por el trabajo decente” , el llamamiento de la Iglesia española “Iglesia servidora de los pobres”, la insistencia del papa Francisco en devolver la dignidad al trabajo, el empeño de organizaciones sociales, sindicales, por el trabajo decente… Queremos concienciarnos y concienciar en el Trabajo Digno, el Trabajo Decente.
La situación que sufre el mundo obrero y del trabajo desempleado, precarizado y empobrecido:
En el año 2015 el 1% de la población concentra tanta riqueza como el 89% de la población.
Y todo esto es el resultado de la lógica falta de misericordia, del dominio de la idolatría del dinero, de la rentabilidad y el bienestar individualista. Esa lógica inmisericorde convierte a muchos trabajadores y trabajadoras en descartables, prescindibles, por no ser suficientemente rentables. Y esto, a su vez, es la consecuencia de otro descarte más radical: el del ser humano mismo, como si fuera un producto de usar y tirar, desplazando del primer lugar al ser humano, prescindiendo de nuestra humanidad. Se ha convertido el trabajo, que es parte de nuestro ser como personas, en puro instrumento de la rentabilidad económica y así se ha reducido a la persona trabajadora a la condición de instrumento. De ahí nace la falta de trabajo digno, el desempleo, el empleo precarizado, el empobrecimiento de las personas trabajadoras…
Para ello es imprescindible que «abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva nuestro grito y junto podamos romper la barrera de la indiferencia» (Misericordiae vultus 15). Unamos, dice Francisco, lo que no se puede separar, justicia y misericordia, sabiendo que el fundamento de la justicia es el amor misericordioso.
La misericordia sale al paso de esta situación inhumana y deshumanizadora para situar a la persona en primer lugar. La lucha por el trabajo digno es expresión de esa misericordia, camino indispensable para la inclusión social de los pobres y para la afirmación práctica de la sagrada dignidad de la persona, porque sin trabajo digno se pisotea la dignidad humana. La lucha por un trabajo digno lo es por un trabajo en condiciones dignas de la persona, pero también, y mucho más en su raíz, por devolver la dignidad al trabajo mismo, por recuperar lo que el trabajo debe ser: un camino de realización de nuestra humanidad, de construcción de una sociedad humana, no un instrumento despersonalizado de la economía. La lucha por el trabajo digno es la lucha para que podamos trabajar por amor, realizando con el trabajo nuestra humanidad, sirviendo con él a los demás, viviéndolo como un don de la persona a las demás. Como toda actividad humana, el trabajo sin amor no es digno del ser humano.
Comunicado con motivo del Día de la HOAC.
La situación que sufre el mundo obrero y del trabajo desempleado, precarizado y empobrecido:
En el año 2015 el 1% de la población concentra tanta riqueza como el 89% de la población.
- Un millón y medio de familia tienen todos sus miembros en paro.
- El hambre, que ahora se llama insolvencia alimentaria, afecta en España a unos dos millones de personas. Por el contrario 9 de cada 10 euros que recauda hacienda salen del bolsillo de los trabajadores. Menos de un euro se cobra del rendimiento del capital.
- El paro en Cádiz pasa de los 250.000 trabajadores, más del 40%.
- La precariedad laboral también está asentada en Cádiz (contratos por horas, para fin de semana, de media jornada, pero trabajando el día completo, sueldos por debajo de los 600 euros mes, 12-14 horas diarias.
- La afirmación que se hace en Cádiz en que aquí no hay futuro, la hacen los jóvenes pero también sus progenitores que les aconseja emigrar, no ya a otras provincias, sino al extranjero, la solución ya no la ven ni tan siquiera en España.
Y todo esto es el resultado de la lógica falta de misericordia, del dominio de la idolatría del dinero, de la rentabilidad y el bienestar individualista. Esa lógica inmisericorde convierte a muchos trabajadores y trabajadoras en descartables, prescindibles, por no ser suficientemente rentables. Y esto, a su vez, es la consecuencia de otro descarte más radical: el del ser humano mismo, como si fuera un producto de usar y tirar, desplazando del primer lugar al ser humano, prescindiendo de nuestra humanidad. Se ha convertido el trabajo, que es parte de nuestro ser como personas, en puro instrumento de la rentabilidad económica y así se ha reducido a la persona trabajadora a la condición de instrumento. De ahí nace la falta de trabajo digno, el desempleo, el empleo precarizado, el empobrecimiento de las personas trabajadoras…
Para ello es imprescindible que «abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva nuestro grito y junto podamos romper la barrera de la indiferencia» (Misericordiae vultus 15). Unamos, dice Francisco, lo que no se puede separar, justicia y misericordia, sabiendo que el fundamento de la justicia es el amor misericordioso.
La misericordia sale al paso de esta situación inhumana y deshumanizadora para situar a la persona en primer lugar. La lucha por el trabajo digno es expresión de esa misericordia, camino indispensable para la inclusión social de los pobres y para la afirmación práctica de la sagrada dignidad de la persona, porque sin trabajo digno se pisotea la dignidad humana. La lucha por un trabajo digno lo es por un trabajo en condiciones dignas de la persona, pero también, y mucho más en su raíz, por devolver la dignidad al trabajo mismo, por recuperar lo que el trabajo debe ser: un camino de realización de nuestra humanidad, de construcción de una sociedad humana, no un instrumento despersonalizado de la economía. La lucha por el trabajo digno es la lucha para que podamos trabajar por amor, realizando con el trabajo nuestra humanidad, sirviendo con él a los demás, viviéndolo como un don de la persona a las demás. Como toda actividad humana, el trabajo sin amor no es digno del ser humano.
Comunicado con motivo del Día de la HOAC.
FOTOS DE LA CELEBRACIÓN
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